Cementerio Xoclán de la ciudad de Mérida, Yucatán

El cementerio Xoclán fue inaugurado el 18 de enero de 1982, se ha convertido en el panteón más grande de Mérida. Actualmente cuenta con 33,000 de las 67,813 bóvedas que hay en los diversos camposantos del municipio, incluyendo el Cementerio General, Jardines de la Paz, Chuburná y el Panteón Florido.

Aunque oficialmente abrió sus puertas a la comunidad en esa fecha, el cementerio Xoclán prestó su primer servicio a la comunidad en noviembre de 1981 al albergar en sus bóvedas a 18 de los fallecidos por la estampida humana registrada en el cierre de campaña del entonces candidato a gobernador Graciliano Alpuche Pinzón, en la Plaza de Toros Mérida. 

Construido por el gobierno del Dr. Francisco Luna Kan para satisfacer la demanda de los siguientes 45 años, en el cementerio Xoclán trabajaron más de 200 personas a marchas forzadas para concluirlo en septiembre de 1980.

En 2003 y con la puesta en marcha del Artículo 115 constitucional, el Cementerio Xoclán, al igual que la Policía de Mérida, paso a manos del Ayuntamiento de Mérida.

A 10 años de ser administrado por el Municipio, el cementerio Xoclán, con 305,127 metros cuadrados, tiene una superficie libre de 60,000 metros cuadrados y registra una demanda de unas 30 bóvedas semanales.

A diferencia del estilo europeo del Cementerio General, inaugurado en 1821, el de Xoclán tiene un estilo más contemporáneo en el que destaca la creatividad de los yucatecos, quienes para honrar la memoria de sus difuntos crean novedosas tumbas en honor a sus memorias.


El panteón de Xoclan, ubicado al poniente de la ciudad de Mérida, es uno de los más grandes de todo el Sureste del país, abarca más de 4 cuadras a la redonda, tiene más de 20 mil tumbas y se dice que fue construido sobre un asentamiento maya y parte de un cementerio ancestral.

El cementerio es una excelente representación de la cultura funeraria en la península de Yucatán, la cual da cuenta de la unión de dos culturas, lo cual hace que este hermoso y apacible cementerio sea único en México, lo cual puede notarse por la construcción de sus tumbas que la mayor parte de ellas son representaciones de los hogares típicos y nativos de la península, representados por una pequeña choza. Las hay de todos colores, sus colores son vivos y llamativos, además las hay de diversos materiales como son madera, cristal, hierro, lamina y concreto. Cada una de estas casitas suele estar personalizada, con componentes, gustos y propiedades del fallecido, e incluso algunas de estas casitas presentan pequeños jardines con macetas y plantas. Las tumbas aquí observadas les denomine como tumbas tipo Yucatán. Un hecho notable es que casi no existen esculturas de la vírgen María, la cual son abundantes en otros lugares de la república.

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